El Avisador de Badajoz

Lo más cercano al tiempo de Semana de Pasión y que nos puso en el séptimo cielo y a mí, concretamente, me puso los vellos de punta, fueron las dos Ave Marías que cantó la soprano de turno, Guadalupe Muñoz Cabanillas. Rezar así es un verdadero placer. Gustar las palabras que dijo el Arcángel San Gabriel a la doncella de Galilea es una dicha casi irrepetible. ¿Cuando y cómo Franz Schubert se inspiraría? ¿En qué estaría pensando, qué parte del Evangelio estaría leyendo? Es que tienes que estar muy acertado, tanto en música como en letra, para que tantos millones de personas oigan con sumo placer un tema en latín.

Pero si a continuación escuchas el Ave María de Giulio Caccini, s. XVI, las flexiones de la voz de la soprano, en un silencio sin concesiones, no es difícil que llegues al paroxismo musical. Pero por si fuera poco ensimismamiento, remata la Banda con un tema que se tiene que clavar sin remisión en nuestros corazones, ya muy predispuestos a escuchar música sacra. La saeta acabó con el personal de pie aplaudiendo a Banda, soprano y director. Buena preparación para afrontar la Semana Santa.

Antonio Regalado Guareño
antonio.regalado2@gmail.com