El Avisador de Badajoz

Hoy, martes, solemnidad de la Epifanía del Señor en el orbe católico, fiesta que clausura el ciclo navideño y que tiene como marco el conocido episodio bíblico de la adoración de los Magos de Oriente al Niño Jesús en el portal de Belén, el consumo del clásico roscón de Reyes llega a su cénit en Badajoz. Prácticamente ya no quedan existencias en las panaderías y dulcerías del ramo, incluidas las tiendas de alimentación y los grandes y medianos centros comerciales de la ciudad, pues se han vendido por miles, incluso con puestos de venta hasta en la mismísima calle. Y, como todo el mundo habrá visto, en el interior de las cajas, junto al rico roscón, viene una papela versificada --rústicamente, por cierto--, donde se da cuenta de la tradición del haba y de la figurita, las dos "sorpresas" de esta dulzaina navideña. Y la que he descubierto en el roscón familiar dice:

He aquí el roscón de Reyes,
tradición de un gran banquete,
en el cual hay dos sorpresas
para los que tengan suerte.

En él hay, muy bien ocultas,
un haba y una figura;
el que lo vaya a cortar
hágalo sin travesura.

Quien en la boca se encuentre
una cosa un tanto dura,
a lo peor es el haba
o a lo mejor, la figura.

Si es el haba lo encontrado
este postre pagarás,
mas si ello es la figura,
coronado y Rey serás.