El Avisador de Badajoz

Badajoz está en un sinvivir --y no digamos los pequeñuelos--, a la espera de la llegada de los Reyes Magos, en la noche del lunes, 5 de enero, en una de las más vistosas y abigarradas cabalgatas que pueden verse en la ciudad al cabo del año, con miles de espectadores procedentes de la capital, sus barrios y poblados, amén de muchos pueblos de las comarcas colindantes y del Alentejo portugués. Como que el recibimiento que se espera será de aúpa, con los niños en sitios preferentes. Con un cortejo de casi mil personas --de ellas, 500 niños--, con 13 carrozas y 10 pasacalles, que repartirán... ¡5.500 kilos de caramelos! Como de costumbre, SSMM Melchor, Gaspar y Baltasar --hogaño, José Manuel Merino, comisario jefe de Seguridad Ciudadana, Miguel Luna, relaciones públicas de El Corte Inglés y el morenito Jorge Mendoza, zapatero prodigioso, respectivamente-- llegarán a la estación de ferrocarril en tren sobre las 17:00 horas, para iniciar el desfile media hora después. Y con el mismo itinerario del año pasado, aunque con una gran novedad: estará completamente vallado, nada menos que 2.500 vallas. Y éste es el recorrido, para saber dónde situarse: avenida de Carolina Coronada, puente y Puerta de Palmas, paseo de Entrepuentes, avenidas de Santa Marina, Enrique Segura Otaño y Europa, calle Bartolomé J. Gallardo, y, sobre las 19:45 horas, llegada y recepción por el señor alcalde en el templete de música del paseo de San Francisco.

La cabalgata la abrirá una carroza del Club Deportivo Badajoz y la cerrarán las de los tres Reyes. En medio irán otras nueve carrozas temáticas, basadas en cuentos populares infantiles, con una recreación de camellos, 10 pasacalles y otros grupos como los de la Policía local, la Nacional y Guardia Civil motorizados y una unidad canina. El dispositivo de seguridad estará compuesto por unas 150 personas, entre voluntarios, monitores, operarios de mantenimiento, vigilantes y miembros de Cruz Roja, Protección Civil y Bomberos. Para tranquilidad y seguridad de todos, se deberá acatar sus intrucciones a rajatabla.

¡Vamos, que nos vamos, que vienen los Reyes!