"Centinela, ¿qué queda
de la noche?" (Isaías, 21, 11)
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Nos madrugó diciembre,
se hiela el agua.
El Niño Dios re-nace
y la esperanza.
Alguien nos cierra el gozo,
llueven lágrimas.
Pero es Navidad, dicen.
¿Cómo esperarla?
¿El mar, la mar? La muerte
dentro del agua.
Lampedusa, el Estrecho...,
muerte anunciada.
Se ha desatado el viento
y el agua brava.
Filipinas nos queda
lejos, cercana.
Asunta, niña, muere;
sanó Malala.
El aborto en Navidad
la vida apaga.
Se abren las prisiones.
la noche-mala
ciega la noche-buena,
noche cerrada.
¿Dónde pongo el belén?
¿Quién canta nanas?
¿Quién detiene el tsunami
de llanto y rabia?
En esta noche grito:
¡Yavé nos salva!
"El amor no es amado",
pero nos ama.
La Navidad nos siembra
de Dios las llagas.
--Centinela, ¿qué esperas?
--Al Dios que pasa.
Que no nos pueda el llanto
ni la nostalgia.
Que el Niño naciendo está
en cada lágrima.
(--Centinela, ¿qué queda?
--Del miedo, nada).
Antonio Bellido Almeida
De su tríptico Navidad 2013
