El Avisador de Badajoz

Por estas fechas festivas, Badajoz es el centro de llegada de incontables pacenses que viven en otras latitudes patrias y que, al calor de las fiestas patronales, se dejan caer por la tierra que los vio nacer para, al tiempo de visitar a sus familias, disfrutar a tope de unos días de fiesta junto a sus paisanos. Y hay algunos a los que se les nota, a la legua, su procedencia, sobre todo, los caballeros: jubilados, con gorra o sombrero, camisa o suéter de colorines, pantalones cortos con cintura mesa-camilla que les cae por debajo de la rodilla, calcetines blancos de mercadillo y zapatillas blancas nuevitas, que ni el Gasol ese. Unos cromitos, vamos.

Pero a ellos les da igual, lo que quieren es darse un garbeo por su ciudad, desayunar opíparamente en La Corchuela, almorzar en el recinto ferial, ir a los toros y, cómo no, llevarse un montón de pequeños recuerdos y regalos de artesanía adquiridos en juguetería Campano o en Casa Espada, además de hacer una sentida visita a la Patrona, Ntra. Sra. de la Soledad Coronada, en su ermita de la plazuela homónima.