Que llega mi tía Federica del Mercata de los domingos, cargada de
paquetes y bolsas hasta por encima del moño, que ha ido a proveerse de
las fajas y bragas polares que necesita para pasar el duro invierno en
la granja, allá en su pueblo, y nada más entrar, después de dar el
portazo de la hostia que acostumbra, que le digo:
--Mira este libro "tuneado", te lo regalo.
--¡Qué detalle más rebonito, me gusta, sobrino!
--Pues
son de las cosas que nos hemos traído del Simposio de Universidades
Lectoras, celebrado en Badajoz hace una semana --le aclaro.
--Pues allí en mi pueblo, en los Entrines, estamos organizando una movida de aquí te espero, también de libros y tal.
--¡No me digas!
--¡Sí!, y se va a llamar I Pifostio de Hogares de Pensionistas lectores.
--????????
--Y
ya nos están mandando de los pueblos cercanos, de los cortijos y de las
fincas de por'allí, pos unas consignas la mar de resultonas.
--¡No me digas!
--Mira ésta: "Leed y multiplicaos de una puñetera vez".
--¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
--Y esta otra: "A vé, tío César, los que van a leer te saludan".
--Pueeeeeeeeeeeees...
--Y esta otra: "Dame un libro de apoyo y moveré el mundo, chaval".
--Peroooooooooooo...
--Y hay más, como ésta: "Leer o no leer, esta es la cuestión, colegas".
--¡Nooooooooo...!
--¿Te
pasa algo, sobrino?, t'has quedao sin habla, como atontao. Pos mira
esta otra, mu rebonita tamién: "Lectores de tó'el mundo, uníos".
--¡Aggggggggggggggggg...!
--¡A
vé, Pili, trae'l frasco de las sales, que l'ha dao como un patatús al
señorito! ¡Qué flojeras son los tíos de ahora! ¡Y eso que l'iba a pedí
su colaboración pa lo del Pifostio ese de los Entrines!