Pues eso mismito es lo que estamos preguntándonos en este país, todavía
llamado España, taitantos millones de españolitos, pero adobándolo con
gruesos tacos nativos, estén o no incluidos en el Diccionario de la
Lengua o en el de Camilo J. Cela. Y, es más, que nos estamos haciendo
otras preguntas nuevas: ¿A dónde va España? ¿Cómo es posible si el
pueblo no lo ha manifestado expresamente, sólo algunos de sus
representantes? ¿Quiénes están detrás? ¿Qué intereses defienden? ¿Qué
futuro nos espera?, ¿Cuándo van a dejar de darnos sobresaltos,
especialmente a los jubilatas, que somos la gran mayoría y tenemos el
corazón partío, que no ganamos para disgustos un día sí y otro,
también?, ¿Qué dice el Rey, que está más callado que un chucho?, ¿Y el
futurible Felipe VI y su consorte, la Leti?, etc., etc.
Pues
a este miura resabiado, llamado España y sus circunstancias a
principios del XXI, le tomaría la medida el espada Feliciano Correa, el
Niño de Jerez de los Caballeros, el 17 de noviembre de 2005 --va a
hacer un año, pues--, con una memorable conferencia en la Económica,
con lleno hasta la bandera, ovación de gala al final, dos orejas y rabo
y salida a hombros. Y de resultas, que ha tenido la gentil idea de
editarla meses después, sacando este librito --¿Qué es España? (Qué pasa en España?),
Badajoz, Real Sociedad Económica Extremeña Amigos del País, Tecnigraf,
2006--, que nos ha llegado justo al tiempo que se jubilaba tras sus
muchos años de dedicación a las distintas Administraciones como alto
funcionario público.
REFLEXIONES
El texto, que se ha visto sobrepasado por los
acontecimientos, dado que ha pasado un año, lo componen una
introducción y cuatro reflexiones:
1ª El problema de España en la tradición constitucional del siglo XIX.
2ª. El viejo fenómeno del nacionalismo.
3ª. La presente ruptura desde Madrid y el olvido de la Transición.
4ª. La respuesta patriótica.
Y, por supuesto, un par de consideraciones, una previa y otra final.
Con
prólogo de Antonio García Salas, vicepresidente de La Económica, el
texto, de 62 páginas, documentado con datos e informaciones de orígenes
variopintos, además de venir ilustrado con numerosas fotografías, se
lee de un tirón. Si todos los capítulos son como para para que el autor
los amplíe, ahora que está jubilado, y escriba un libro sobre cada uno
de ellos, el tercero, el referido a la añorada Transición, la que
todavía pervive en la memoria de los que ya peinamos canas, es
magistral. Como para que el cronista jerezano haga otros Episodios
Nacionales, pero sin guerras ni revoluciones, al estilo de los de un
tal Pérez Galdós. Y si a Zetapé el de Jerez lo pone en su sitio, frente
a sus responsabilidades, con la voladura del sistema de concordia
elegido en 1978, con España camino de una República confederal sin
pedirlo ni quererlo el pueblo, con el Rey de figura decorativa, a éste,
primer garante de la Constitución, también lo pone en el suyo, por su
chirriante silencio.
Resumiendo, librito de obligada lectura para el
común de los españoles, excepto para aquellos que lleven anteojeras que
les impidan ver la realidad. Los interesados pueden preguntar en La
Económica (calle San Juan, 6) por si quedan ejemplares o, también,
mandándole un mail al autor: felicianocorrea@terra.es.