Este mediodía Badajoz era un horno. Qué un horno, ¡una sartén!
¡Badajoz, sartén de Extremadura! ¡Los pacenses, fritos como vulgares
pajaritos!
Y
los que no tuvimos más remedio que salir a los recados en el Centro,
buscando la sombra, mismamente, igualito que los perros. Y la gente,
acalorada, buscando despavorida donde resguardarse de la caló. Las
cafeterías y los locales con aire acondicionado, los más visitados. Y
los kioscos de helados, agotando sus existencias recién abiertos. Y las
madres con sus pequeñuelos, botella de agua en ristre, buche va, buche
viene, bebe que te traigo otra, Vanesa; no te quites la gorra, Borja
Mari.
Que eran las 11,45 en el reloj callejero de la plaza de Minayo
y el termómetro ya marcaba 39 grados al sol. Pero media hora después
--que lo fui anotando--, a las 12,15, ya estaba en 40º. Pero es que
después de una breve tertulia que tuve en la calle del Obispo con tres
buenos mozos del pueblo --Álvaro Meléndez, Miguel Mancho y José Luis
Lucas--, la cosa se había puesto en 42º. Y el reloj que marcaba las
12,45. Pero la cosa no acabó aquí, que después de hacer unas compras en
la calle Donoso Cortés, la antigua Comedias, al regreso pasamos por el
mismo lugar, siendo las 13,15 y la temperatura ambiente se había subido
a la parra, señalando... ¡43 grados!
"CONTROL" DE REFRIGERACIÓN
Había
que recogerse, que te quedabas fundido. Y a punto estábamos del
desmayo, cuando, camino de Santa Marina, topamos con el oasis..., digo,
con El Corte Inglés. Lugar ideal para pasar el "control de refrigeración" y
recuperar el resuello. Con cuatro puertas, cuatro, donde al entrar
parece que lo haces en el mismísimo Paraíso. Tal es la excelencia de su
aire acondicionado en este caliginoso verano pacense. Y todo por la
cara, gratis total. Que, encima, te sale una sonriente señorita y te
echa la colonia que quieras como prueba. Con que ya refrescados por los
cuatro costados y oliendo a fresas salvajes del Caribe salimos y, antes
de entrar en el edificio familiar, un vistazo al reloj de la calle te
deja sin habla: son las 14,15 horas y el reloj callejero marca...¡44
grados!
¿Y
después? ¡Ni se sabe! Pero ya os lo podéis imaginar. Subiendo,
subiendo, subiendo... Hoy, 11 de Julio, fiesta de San Benito, en
Badajoz los termómetros se habrán ido a hacer puñetas, rompiéndose en
mil pedazos. Por eso ya se dice en Badajoz y alrededores eso de que...
Por San Benito, en Badajoz te quedas frito.