Hace muy poco, el pasado domingo, uno de los héroes de nuestra infancia, el inolvidable Capitán Trueno,
nacido en 1956, cumplía los 50 años de vida. Paladín de la justicia,
defensor de los débiles contra opresores y tiranos, siempre luchó
contra el sectarismo, la falta de razón, la ambición desmedida, la
tiranía, la venganza, la injusticia, la muerte, la esclavitud, la
hechicería y la lujuria, acompañado de sus inseparables Goliath, el gigantesco y tuerto comilón, apodado "El Cascanueces" por su destreza en repartir mamporros entre los "malos", Crispín, su juvenil y bromista escudero,
y su eterna novia Sigrid,
reina de la isla de Thule, con la que nunca llegó a casarse, deseada
por todos los malvados, raptada una y mil veces para ser rescatada por
el héroe en un alarde de fuerza, habilidad y valor, para así poder
brillar con luz propia.
Los creadores de El Capitán Trueno fueron Víctor Mora y Ambrós.
El primero se ocupó de los guiones y el segundo de los lápices.
Posteriormente, debido a la cantidad de trabajo, ambos tuvieron que
buscar colaboradores. El primer número, titulado "¡A sangre y fuego!",
de la recordadísima editorial Bruguera, saldría un 14 de mayo de 1956,
costando 1,25 pesetas de las de antes.
El Capitán Trueno se
alternaría con otros héroes del cómic español no menos apasionantes en
la década de los 50 del pasado siglo, como El Guerrero del Antifaz,
Roberto Alcázar y Pedrín, el Inspector Dan, El Jabato, El espadachín
enmascarado, Apache, El Cachorro, Sigur el Vikingo y los soldados de
Hazañas Bélicas, cuyas lecturas ocuparon una parte importante en
nuestras vidas cuando éramos unas criaturitas.
Así,
pues, cuando nuestro héroe de papel ha cumplido 50 años de vida, vaya
nuestro gratísimo recuerdo a sus creadores por tantos ratos de ocio y
entretenimiento como nos regalaron. He dicho.