Hoy, sábado, sabadete, ha sido un día ideal para los vecinos que nos
hemos echado a la calle. Ahí es nada, las principales calles, paseos y
plazas del centro de Badajoz, ocupadas por grupos musicales en plena
actuación --Música en la calle, del Festival Ibérico de Música--,
puestos de libros, carpas con presentadores y firmantes de libros, etc.
Altas temperaturas --30º a las 13 horas-- que no han impedido que el
personal se lanzara a las calles, incluyendo jóvenes parejas con sus
pequeñuelos, a pasear y disfrutar de una jornada completa. Sin que
faltaran nuestros vecinos portugueses, que, en autobuses, venían a
visitar los comercios, especialmente los de la zona Menacho, Casco
Antiguo y El Corte Inglés.
Así
que cogimos el morral y la cámara de fotos y, ya por el bulevar de la
avenida de Huelva, que vemos al Grupo de clarinetes del Conservatorio
pacense, haciendo disfrutar a las decenas de personas que allí se han
concentrado. A pesar de las molestias que supone el ruido del tráfico
en esos momentos. Alfonso Pineda, el director, y sus muchachos,
recibirían la gratitud de los presentes en forma de prolongados
aplausos.
Más
allá, por el "tubo" de San Francisco, con la gente ricamente sentada en
los veladores de La Marina, que veo cómo otro músico, el atípico
pordiosero Jacinto Sánchez, quiere sumarse a la jornada y ataca varios
temas con su viejísima trompeta, destacando el "Himno del Real Madrid".
Esperpento puro, que hace sonreir a más de uno y a más de dos.
Llegué
a la Feria del Libro y la carpa de conferencias estaba atiborrada.
Lleno histórico, con decenas de vecinos ocupando las sillas de fuera, a
pleno sol incluso. Con presencia notable de escritores, familiares,
amigos y residentes en Badajoz. Y todos, con dos libros en las manos.
Que los entregaron al inicio del acto. Eran los ejemplares de El Vuelo de la Palabra
--La poesía en Badajoz 2006 y El cuento en Badajoz 2006--, que se
estaban presentando. Intervinieron Plácido Ramírez y Juanma Cardoso,
que hacen una perfecta reseña de los libros que se presentan, siendo
muy completo el discurso de Cardoso sobre los cuentos, sus
características, sus principales autores, los títulos clásicos, etc. Y
me quedo con una de sus frases finales más certeras, dejando a un lado
las disquisiciones teóricas: "Lo mejor de los cuentos es leerlos, y, si
son buenos, mejor". Colección de gran interés que recoge la aportación
de numerosos creadores badajocenses --unos, conocidos ya, y otros,
noveles-- que aquí tienen la ocasión de dar a la estampa y de forma
anual sus trabajos. Y que arrancaría en 1998, siendo la 9ª edición en
poesía y la 8ª en narrativa.
Y
remataría el alcalde de la ciudad, Miguel Celdrán, que dio las gracias
a todos por su participación y asistencia masiva, alabando las
excelencias de este tipo de libros. Editados estupendamente, por
cierto: el de cuentos, por Tecnigraf, y el de Poesía, por
Tajo-Guadiana. Libros que, finalmente, tuve la suerte de hacerme con
ellos en la mesa presidencial, porque se habían agotado las existencias.
Con
la familia ya al completo, nos damos un voltio por la Feria y tengo la
suerte de hacerme de un libro antiguo que andaba buscando, Guía de árboles y arbustos de Parques y Jardines de Badajoz,
de Guadalupe Fernández y Juan Antonio Devesa (Badajoz, Ayuntamiento de
Badajoz, Universitas Talleres Gráficos, 1990), una pequeña maravilla
sobre el patrimonio ambiental de la ciudad que, dado el tiempo
transcurrido --16 años-- merecía una nueva edición, corregida y
aumentada.
Así que, más contento que unas castañuelas, nos vamos a San Francisco, que en el kiosco de música está actuando divinamente el Expression Jazz Quintet,
con Narciso González (saxo), Javier Alcántara (guitarra), Pablo Romero
(piano), Enrique Tejado (contrabajo) y Javier del Barco (batería), con
numeroso público sentado en sus sillas. Y por el camino, que nos
topamos con Isidro Álvarez, marqués de Tecnigraf, y su santa esposa. Y
allí, después de saludarnos, que hablamos de libros y de su
participación en la mesa redonda que sobre Los perfiles del libro
se celebró la semana pasada, justamente. Intervención que, a diferencia
de las demás, llena de pamplinas y tópicos que ya sabemos desde tiempos
inmemoriales, se centró en el complejo proceso de cómo se hace un libro
y bien. Desde que el impresor recibe los originales hasta que sale el
tocho flamante y rebonito, oliendo a nuevo que da gloria.
Y en esto que le digo que me debe una botella de vino. Porque ad kalendas graecas el señorito marqués me dijo que me tenía reservada una botella de fino generoso. Pero de esto hace seis meses, que
será que lo dejará para los próximos años, a ver si el vino coge más solera.
Y su santa esposa que lo oye y mete baza:
--¿Ah, sí? ¡No te preocupes, déjalo de mi mano, que yo me encargo de que te lleve la botella!
¡Así
se habla, señora marquesa consorte! ¡Estas son las mujeres que necesita
Badajoz! ¡Con decisión, autoridad y elegancia! ¡A sus pies, mi señora
marquesa de Tecnigraf!