El Avisador de Badajoz

El mes de Mayo por estos pagos es el mes de las flores, de la luz, del amor y los regocijos y de... ¡las alergias y los estornudos! Los pólenes de las gramíneas y de los árboles, especialmente de los olivos, parecen tener la culpa. Que los parques y jardines de Badajoz están repletos de centenarios y bíblicos olivos. Dando paso, además de los clásicos estornudos, a picores, lagrimeo y muchos mocos. Por lo que se están viendo por las calles de Badajoz a gente de lo más variopinta con sus mascarillas blancas puestas, yendo de aquí para allá. Que, incluso, las ha podido ver en la romería de Bótoa, en pleno campo campero. Y es que el número de alérgicos cada día va en aumento. Y el de los asmáticos, también. Y, claro, hay que tomar precauciones con esos filtros anti-polen y acondicionadores de aire que llevan las mascarillas.
Pues en otras épocas, la de los que hoy peinan canas, por ejemplo, esto no pasaba tanto. La gente tenía una salud casi de hierro y se curaba andando, con las excepciones habidas y por haber. No recuerdo haber visto gentes con mascarillas por la calle en mis tiempos mozos. Y es que, cuando llegaba la época, lo que pasaba era ésto:
--¡Atchíiiiiiiiisssssss!
--¡Jesús!
¡Y a otra cosa, mariposa!