4 de Mayo, 2006Una visita guiada al Palacio de Congresos
Por El Avisador - 4 de Mayo, 2006, 17:20, Categoría: General
Ayer por la tarde, después de pedir número, como a los médicos de
ringorrango, y de pertrecharnos debidamente con la cámara y el bloc de
notas, fuimos mi parienta y yo de visita guiada por el recientemente
inaugurado Palacio de Congresos de Badajoz. Era a las cinco de la
tarde, hora taurina por antonomasia, qué menos, en un Palacio levantado
sobre lo que fuera primitiva Plaza de Toros de Badajoz (f. 1817),
también llamada Vieja, para diferenciarla de la Nueva, el coso que está
en la cercana barriada de Pardaleras. Y cuando llegamos, había gente
esperando en el atípico hall de entrada, sentándonos en los
modernísimos y asientos por debajo del piso del lugar. Sitio donde se
combinan a la perfección los colores blanco y naranja. Tras diez
minutos de espera, donde vemos que los operarios están ajustando cables
y tornillos, con sirenas sonando por todas partes, con una treintena de
personas en el hall --paseando, haciendo comentarios y fotos, todo a la
vez--, que llega nuestro guía y, preguntando, resulta que se trata del
badajocense Alejandro Méndez, ingeniero técnico, que se dispone a
guiarnos por las entrañas del Palacio. Y, casi a paso de carrera, que
nos lleva por el magnífico Auditorio --con sus 846 butacas, Alejandro dixit,
todas azules, diseño italiano--, por sus palcos, por el escenario,
dándonos muchos detalles técnicos, en especial sobre su extraordinario
sistema de iluminación, como que los datos del escenario --40 m. de
ancho, 20 de profundo y 17 de boca-- le hacen ser el tercero de las
Españas, detrás del Liceo de Barcelona y del Teatro Real de Madrid. Y
tras las bambalinas, que nos enseña el "peine", la estructura metálica
de la techumbre en esta zona. Y todo, aprisa y casi corriendo. Que más
de uno y más de dos nos íbamos sentando por el camino a esperar sus
explicaciones y, nada más sentados, que hay que levantar el vuelo para
irnos con la música..., digo, con el guía a otra parte. Con lo que
apenas podíamos hacer fotos, dadas las prisas del guía. Luego, salida a
los corredores ajardinados del exterior y, lo que nos faltaba por ver,
conocer in situ
las distintas salas y auditorios de usos múltiples, para reuniones y
saraos de todo tipo. Pregunto por el número de salas construidas y
nuestro guía duda. No lo sabe. Pues voy sumando y son una, amplísima,
dedicada a seminarios --con su estrado y 350 sillas ya dispuestas--,
otra para exposiciones y tres salas más, polivalentes. Además de una
cafetería. Todas, salvo la primera, en bruto, de techos altísimos y
pendientes de acondicionar. Pasamos por una donde la pared es la
mismísima muralla del Baluarte y pregunto de nuevo por su nombre. Y el
guía que me confiesa que tampoco se lo sabe. ¡Hombre de Dios, cuál va a
ser, el baluarte de San Roque! Así que, de un sitio a otro, llegamos a
las plantas inferiores, donde están los vestíbulos --con sorprendente
iluminación a base lámparas de colores-- y los servicios. Y, como
curiosón que soy, que me meto en ellos y hago fotos también a los
urinarios y a los lavabos. ¡También fuera de lo normal, oiga,
especialmente la grifería de estos últimos! ¡Otra de diseño futurista!
Que de esto se habla poco o nada en las guías y en los periódicos, de
cómo son los servicios del Palacio, donde todo el mundo tiene que
entrar. Y de ahí, de nuevo al hall de entrada. Son las 17,30, veinte
minutos justos había durado la visita. Demasiado rápida, oiga, por lo
que, con el permiso de Alejandro, que nos acompaña, volvemos sobre
nuestros pasos al Auditorio a hacer las fotos que nos faltaban. ¡Aratama!
Por El Avisador - 4 de Mayo, 2006, 12:55, Categoría: General
La otra noche, viniendo de la Sala Aftasí, al regreso por las calles del centro de Badajoz, nos topamos con una novedad muy interesante en la calle Hernán Cortés. Y es que, en su número 5, donde antes se encontraba la inolvidable y antiquísima Librería La Alianza --la de Carlos Doncel, desaparecido en plena madurez, en su época la segunda de España por antigüedad, detrás de la madrileña Rubiños--, que vemos que ha sido sustituída por un Restaurante exótico, Aratama, cocina mediterráneo-japonesa, dicen los carteles. Aratama, que en japonés viene a significar "nueva alma", "reforma del alma", ofrece platos donde se funden dos culturas milenarias, la nuestra de toda la vida y la del país del Sol Naciente. Con una decoración y un diseño de gran modernidad, y, según dicen unas notas que hay en su fachada, "respetando su construcción --la de la Librería-- y sus bóvedas originales". Y aunque no conozco de nada a sus propietarios ni soy socio capitalista ni de ninguna otra clase, aprovecho para daros su página web: http://www.aratamarestaurante.com., donde encontraréis datos más detallados de menús, horarios, reservas, etc. ¡Poetas en el Gran Casino!
Por El Avisador - 4 de Mayo, 2006, 12:21, Categoría: General
¡Cómo cambian los tiempos! ¡Para bien, claro! Que los poetas --que en
Badajoz son legión, que das a una piedra y salen cientos-- han dejado
sus cafés y tertulias románticas y han sentado sus reales nada menos
que en un Gran Casino, en el sanctasantorum
del juego, del ocio y de la restauración en Badajoz. Gentes, hasta
anteayer, tildadas de "raras", siempre por las nubes, mirando a la
Luna, lunera, cascabelera, a las flores y a la belleza, buscando
desesperadamente aquí una rima, allá una metáfora, tratando de
completar un soneto o un verso libre, tipos de vida bohemia, con sus
muchas penurias y estrecheces, que van ahora, en la contemporaneidad, y
se presentan por todo lo alto, así, por la cara, en el Gran Casino de
Extremadura. Junto a marqueses, condes y ricachonas venidas de Portugal
a jugar a la ruleta y al bacarrá. Al lado mismito de ejecutivos de alto
estanding y empresarios del ladrillo, de gente con muchos apellidos
raros y compuestos. De tíos con pasta gansa para caer malo, vamos.
¡Cómo han cambiado los tiempos! ¡Para mejor, claro! ¡Palacios de Badajoz!
Por El Avisador - 4 de Mayo, 2006, 9:28, Categoría: General
Después de la polémica inauguración del novísimo Palacio de Congresos
de Badajoz Manuel Rojas, a propósito del nombre, decidido
unilateralmente por la Junta de Extremadura, por ser --dicen-- los
constructores y paganos, los "padres de la criatura", los que deben
"bautizarla", en contra de la opinión del Ayuntamiento --dueño de los
terrenos y a quien revertirá en última instancia este Edificio
singular-- de ponerle lo de "Ciudad de Badajoz", ahora viene la segunda
traca: que dicen nuestros ediles que "el Palacio venga p'acá", pero les
contestan de la acera contraria "que bueno, pero sin prisas, que lo
vamos a consultar con el abogado". Ante este enésimo desencuentro y
mientras llega la concordia, me he tomado la molestia de revisar el
patrimonio arquitectónico local en busca de Palacios antiguos y
modernos. Y, la verdad es que tenemos muy pocos, que lo nuestro es más
de casonas solariegas y burguesas que de Palacios. Así y todo, repaso
el monumental Tocho de Palacios de Badajoz, con sus pastas y cantoneras del lomo doradas, y
veo que sólo pueden leerse las cinco primeras páginas, que el resto,
hasta las 2.000 de que consta, están en blanco. A lo que iba, que los
Palacios que tenemos en Badajoz, salvo lapsus o error involuntario, son
éstos: |
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